Por Eiko Kawamura
Publicado en telecentre.org el 14/12/09


Es difícil viajar a un país como Venezuela (especialmente) y no cargar junto con el equipaje toda clase de ideas y expectativas sobre la vida, la gente y el ambiente político de allá. Yo voy a contarles, como dicen allí, lo que vieron mis ojos y mis oídos oyeron sobre el trabajo de la Fundación Infocentro, organizadora del «III Encuentro de infocentros y experiencias comunitarias».

Sobre el tema de acceso equitativo a las tecnologías de la información y comunicación (TIC) venimos discutiendo muchísimo en latinoamérica y en el mundo hace ya varios años. Las TIC para la reducción de la brecha digital, las tic al alcance de las poblaciones menos favorecidas, etc., etc. Creemos y confiamos, en este sentido, en el rol que el Estado debe asumir, traducido en políticas públicas apropiadas. Desde las ONG, en países en los que las políticas públicas parecen más bien privadas, trabajamos por lograr alguna incidencia en la formulación de las mismas. A veces lo logramos y otras no.

Venezuela, como bien sabemos, vive una etapa de cambio y «revolución socialista». En consecuencia, el trabajo y concentración de esfuerzos por parte del Estado van dirigidos al «pueblo». Su discurso es claro y no esconde su propósito, «el socialismo del siglo XXI». Bajo esta premisa todos sus proyectos se orientan a «fortalecer el poder popular» y el norte de infocentros no es distinto, «desde Infocentros nos sentimos complacidos en promover la constitución de redes sociotecnológicas a partir del intercambio de experiencias en torno al ejercicio del poder popular desde el uso y apropiación de las TIC». Señores. Así lo dicen y así lo escriben.

En mayo del 2007 se creó la Fundación Infocentro adscrita al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología. Actualmente tiene alrededor de 650 Infocentros (telecentros) que sumados a los 2000 del Ministerio de Educación, 1000 de los centros parroquiales y otros tantos de varias organizaciones, llegan a 4000 en todo el país.

El «III Encuentro de infocentros y experiencias comunitarias» fue el evento que cerró la ruta de sistematización, planificada y ejecutada por Indira Granda. Esta ruta tenía prevista cinco momentos, con varias actividades para cada uno de ellos. El evento además de los discursos del primer día presentó los resultados de 70 experiencias (de más de doscientas) realizadas desde o con los Infocentros. Los temas trabajados fueron: organización comunitaria, comunicación popular, proyectos locales socioproductivos, cultura e historia local, inclusión social y tecnológica de personas con discapacidad, salud comunitaria, trabajo con niños, niñas y jóvenes, pueblos indígenas, prevención de la inseguridad y violencia en la comunidad e internet, trabajo ambiental y ecológico. Cada experiencia presentada creativamente, iniciando con un video, continuando con la participación de los actores involucrados y finalizando una presentación cultural de la zona (música, baile, teatro, etc.).

Visitamos también dos experiencias locales, una de ellas fue el «Núcleo Endógeno de Desarrollo, Fabricio Ojeda». Este centro forma parte de PDVSA, la empresa de petróleos de Venezuela que tiene como obligación la implementación de un espacio para la comunidad, en la que la misma comunidad decide qué desea implementar en ese espacio. En este caso, un centro de salud, un centro deportivo, la cooperativa textil, una biblioteca y claro, un Infocentro recién inaugurado.

Sorprende el discurso abrumador, agotador y hasta sofocante de esta «revolución socialista», incomodan las fotografías de su presidente en cada espacio disponible, como quien escucha y ve todo; cansan los gritos, vivas y hurras gratuitos por las calles, atemorizan también los silencios y la indiferencia de una parte de la población. Pero tratando de alejarse un poco de todo esto, no cabe duda de que el trabajo que realizan desde la Fundación Infocentro es impresionante, un trabajo íntegro, muy bien organizado y al servicio de las personas.

Más noticias, en breve. No deje de visitar nuestro albúm de fotografías del III Encuentro de experiencias comunitarias e infocentros.

Mapeando a los telecentros

11 diciembre 2009

Por Anahí Chaparro
Publicado en Boletinkuy el 10/12/09

Para poder trabajar con el uso de las TIC para el desarrollo en nuestros países es necesario, como en cualquier otro rubro, conocer a la población implicada, es decir, en este caso, a los telecentros o puntos de acceso de Internet. Esto supone saber quiénes son, cuántos son, dónde están, a qué se dedican, qué tipos de recursos tienen y con quiénes se relacionan. Sin esto, cualquier proyecto de desarrollo o iniciativa de incidencia que busque abarcar un marco amplio y/o influenciar en los procesos nacionales de expansión y uso efectivo de las TIC no contará con la información suficiente para identificar los problemas reales ni sus posibles aliados.

Frente a esta necesidad, varias organizaciones de la región han realizado un mapeo que les ha permito contar con una base de datos actualizada sobre el panorama de expansión de los telecentros en sus respectivos países. Además, a través de herramientas como GoogleEarth o GoogleMap, ahora todos podemos visualizar estas ricas bases de datos permitiéndonos observar la ubicación de los telecentros, los tipos de recursos que poseen, el tipo de conectividad que llega a las áreas rurales, entre otras cosas. Algunos ejemplos de estos son los mapas de los telecentros caribeños, de Bolivia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Brasil, El Salvador, Costa Rica y Cuba.

Estas iniciativas están teniendo resultados muy interesantes y provechosos. En el blog de Eiko Kawamura en telecentre.org, los compañeros de Bolivia cuentan, por ejemplo, cómo el mapa permite clasificar a los telecentros de acuerdo a los rubros en los que se desenvuelven sus actividades: agricultura, educación, salud, comunitario y gobernabilidad. Desde Ecuador, Hugo Carrión, de Imaginar, comenta la importancia de contar con información confiable a través de un estudio previo que tome en cuenta la participación de la población en el recojo de información. Ambas experiencias nos muestran cómo una base de datos como esta permite encontrar interesantes hallazgos sobre la diversidad de los telecentros, los modelos de sostenibilidad, los niveles de capacitación, de empoderamiento de la comunidad, entre otras cosas que nos pueden ayudar a plantear mejores propuestas, más sustentadas, sobre cómo resolver la brecha digital.

Telecentros o Cabinas Públicas de Internet empiezan a aparecer en los mapas del mundo.

En el Perú, el ForoTIC –que agrupa a varias instituciones como CEPES, ITDG, ISF, RuralTelecom y la Universidad Peruana Cayetanao Heredia- quiere impulsar una iniciativa como las descritas arriba. Así, están empezando a coordinar esfuerzos para levantar información para una fase piloto y, pronto, se pondrán en contacto con los telecentros para que participen en la creación de esta base de datos que esperamos que sea de mucha utilidad para todos. En nuestro país, en donde aún no se ha construido una red de telecentros a nivel nacional, es de gran importancia aprovechar esta oportunidad como punto de partida para poder fomentar la relación entre los distintos puntos de acceso a Internet, quienes tendrán una nueva herramienta para conocerse mejor entre sí. En este esfuerzo, además, deberían participar también las instancias del gobierno –como FITEL o el Ministerio de Transportes y Comunicaciones- y el resto de empresas que están involucradas en estos proyectos de expansión de las TIC.

Por Anahí Chaparro

Desde hace algunos meses, varias de las organizaciones que han venido trabajando con el uso de las TIC para el desarrollo en América Latina se están sentando a conversar sobre la posibilidad de crear una red de redes que permita articular las diferentes iniciativas que se vienen desarrollando sobre estos temas en la región. Este grupo ya tiene varios años compartiendo los alcances de sus proyectos y discutiendo en distintos espacios las implicancias de la expansión de las TIC en sus respectivos países. Actualmente, están aprovechando la presencia de telecentre.org y su interés por trabajar de manera conjunta con estas diversas instituciones para fomentar la sinergia a través de la creación de esta red de redes.

Telecentre.org es un proyecto de nivel global que está comprometido con el aumento del impacto social y económico de los telecentros. Desde hace algunos años, este proyecto ha facilitado que las diferentes iniciativas de la región empiecen a relacionarse entre sí. Hoy en día, el grupo de instituciones mencionado está intercambiando experiencias y conocimientos a través de la plataforma Ning de telecentre.org. Además, se están llevando a cabo proyectos que están siendo replicados en distintos países latinoamericanos, como el de la Academia de Telecentros (que ha obtenido muy buenos resultados en su primera experiencia en la región, a cargo de Colnodo, en Colombia y que está empezando a implementarse también en Perú y Chile) o el del Servicio de Asistencia para Operadores de Telecentros de América Latina y El Caribe, más conocido como Tinkuy. Al mismo tiempo, el apoyo de telecentre.org ha ayudado a crear y/o fortalecer redes nacionales de telecentros en nuestra región.

La idea de conformar una “Red de redes de telecentros de América Latina y El Caribe” se planteó en mayo de este año en una reunión que se llevó a cabo en Brasilia. El trabajo previo descrito anteriormente facilitó que esta propuesta sea recibida de manera positiva por los participantes, quienes establecieron una lista de principios para empezar a dar marcha a la red. Actualmente, se ha finalizado un estudio para evaluar su pertinencia, encontrar los objetivos comunes y establecer los mecanismos de operación. La conformación de esta red es también una oportunidad para poder participar de manera activa en la construcción de la segunda etapa de telecentre.org, la cual iniciará el próximo año y será coordinada desde Filipinas.

Las organizaciones interesadas en constituir la red de redes han conformado distintos grupos de trabajo para sacar adelante esta iniciativa. El 16 de diciembre se llevaría a cabo una primera Asamblea virtual con las 22 instituciones* que han hecho llegar una carta de intención y se elegiría un Consejo Directivo compuesto por cinco organizaciones. Es probable que también se constituya una Secretaría Ejecutiva que estará alojada en una de las instituciones miembro de la red.

Con la intención de conformar una red, veintidós organizaciones latinoamericanas redactaron una lista de principios en Brasilia**

En el Perú, aunque se han formado algunas agrupaciones que buscan articular esfuerzos –como el ForoTIC del cual Cepes forma parte-, todavía no existe una red de telecentros ni de organizaciones que permita plantear propuestas que sean representativas a nivel nacional. Pronto, además, a través de los proyectos de FITEL, se crerán miles de cabinas rurales que serán, en muchos casos, los únicos medios de comunicación en estas localidades. Pero aún no contamos con espacios que nos permitan articular las ideas, experiencias o intereses que puedan venir de estos distintos lugares. ¿Cómo hacemos entonces para aprovechar la conformación de esta red de redes y las oportunidades de desarrollo que representa?

Las instituciones vinculadas al uso de las TIC para el desarrollo en el país deberíamos estar al tanto de este proceso y plantearnos de qué manera podemos participar. Telecentre.org está generando discusiones en su plataforma. Estas discusiones giran principalmente en torno a los temas en los que se debería enfocar la institución en un futuro, el rol de los operadores de telecentros en el movimiento global, y los principales retos y prioridades que las redes de telecentros enfrentarán en los próximos años. Quizás estas discusiones puedan ayudar a fomentar la reflexión a nivel nacional para después pensar en cómo sacar provecho a los procesos que se están dando a nivel regional y global.

* Las 22 instituciones que se han adherido a la iniciativa de la Red de redes de telecentros de América Latina y El Caribe son:

1. Trust for the Americas, organismo internacional
2. Infoplazas AIP, de Panamá
3. Asociación Trinidad: Comunicación, Cultura y Desarrollo / Radio ViVa, de Paraguay
4. Corporación Makaia Asesoría Internacional, de Colombia
5. Red TICBolivia, de Bolivia
6. Asociación Argentina de Teletrabajo, de Argentina
7. Cooperativa Autogestionaria de Servicios Profesionales Sulá Batsú R.L, de Costa Rica
8. BiblioRedes, de Chile
9. Centro Peruano de Estudios Sociales, de Perú
10. Corporación Red Infodesarrollo, de Ecuador
11. Asociación Conexión al Desarrollo de El Salvador, de El Salvador
12. CDI Uruguay, de Uruguay
13. RUTELCO – Red Uruguaya de Infocentros Comunitarios, de Uruguay
14. Associação Telecentro de Informação e Negócios – ATN, de Brasil
15. Red de Desarrollo Sostenible de Nicaragua, de Nicaragua
16. Fundación Taigüey, de República Dominicana
17. Rural Telecom S.A.C., de Perú
18. CEPAL, organismo internacional
19. Asociación de Telecentros Activos de Chile –ATACH
20. Secretaria Nacional de Ciencia y Tecnología, de Guatemala
21. Colnodo, de Colombia
22. OneRoof, empresa transnacional

La lista de principios elaborada en el Foro de Líderes de Telecentros en Brasilia puede verse aquí.

Por Juan Fernando Bossio

En RIBDA 2009 presentamos con Gabriela Perona la ponencia “Sistemas de información rural en el Perú: situación y perspectivas”, la que resume los resultados de una investigación realizada para el Programa de Servicios de Apoyo para Acceder a los Mercados Rurales – PROSAAMER del Ministerio de Agricultura entre enero y abril de 2009.

Esta investigación se focalizó en sistemas de información no-públicos -es decir aquellos que no han sido creados por organismos estatales como el Ministerio de Agricultura, las Direcciones Regionales Agrarias u otros organismos del sector- y que utilizan Internet, cuando menos como una de sus metodologías para difundir información. Es decir que, si bien seguiremos en adelante hablando de sistemas de información rural (SIR), lo exacto es decir que nos referimos a sistemas de información no-públicos en Internet.

Empezamos dimensionando el fenómeno de los sistemas de información agraria en el Perú a partir de revisión bibliográfica, información de contactos clave y búsqueda por Internet, encontrando que habían existido al menos 30 sistemas de información desde fines del siglo pasado, aunque el más antiguo de los que aún funcionan –el Sistema de Información Rural de Arequipa– empezó a funcionar en el año 2000.

La mayor parte de estos sistemas busca tener un alcance departamental o pluriregional, habiendo sólo uno orientado a un espacio menor al de una provincia (una cuenca, como es el caso del Sistema de Información de Santa Catalina). Hay 5 sistemas de alcance nacional, entre los demás la mayoría (13) atienden a distintas regiones en la Sierra.

Dividimos a los sistemas entre aquellos que trataban una variedad de temas de interés rural, los que se dedicaban a temas agrarios en general y los que se interesaban en productos específicos, siguiendo el enfoque de cadenas productivas; encontramos que 14 son de tipo rural, 5 agrarios y que –sorprendentemente- ya había 11 ligados a un producto específico.

Hallamos una interesante variedad entre los actores promotores de los sistemas y entre los que se involucran en su funcionamiento, siendo las organizaciones de base, los organismos estatales, organizaciones gubernamentales y ONG las más comunes entre los promotores, mientras que las organizaciones de base y las empresas productoras o comercializadoras lo son entre las instituciones involucradas en el funcionamiento de los sistemas. Recogimos también información acerca de la variedad de medios utilizados por los sistemas –desde boletines impresos, pasando por programas de radio hasta el correo electrónico- encontrando que la mayoría utilizan 2 a 3 medios además de las páginas Web, siendo los más usados los mencionados arriba.

Medios prosaamer

Medios utilizados por los sistemas de información (Elaboración propia)

Realizamos 10 estudios de caso y para conseguir que esta selección pudiera representar al total tomamos en consideración las siguientes variables: el tipo de actores que promueven los SIR, la amplitud y ubicación del ámbito servido por los SIR, la amplitud o tipo de información tratado por cada SIR, y la variedad de medios utilizados para hacer llegar la información a sus usuarios. Los casos seleccionados fueron los siguientes:

Sistema de Información Agraria de la Junta de Usuarios del valle Chancay Huaral
Sistema de Información Agrario Territorial Santa Catalina
Sistema de Información de la Amazonia Peruana- IIAP
Sistema de Información  de la Cadena Productiva de Cuy- CADENACUY
Sistema de información de la Junta Nacional del Café
Sistema de Información de Mercados: Mi Chacra Perú
Sistema de información de PROVID
Sistema de Información para la Integración y Competitividad del Sector Lácteo – Infoláctea
Sistema de Información Regional – Red Marañón
Sistema de Información Rural de Arequipa- Portal Agropecuario SIRA

El informe completo puede ser descargado de la página de PROSAAMER. Por limitaciones de espacio dejamos la presentación del análisis para posteriores entregas y aquí sólo resumimos las principales conclusiones:

  • Es importante contar con una variedad de actores como ONG, organizaciones de productores y organismos estatales, y la experiencia muestra que son más sostenibles los sistemas que tienen a las organizaciones de base directamente interesadas entre sus promotores.
  • Existe una gran potencialidad de los sistemas de información focalizados en un producto o servicio, especialmente cuando abarcan toda la cadena productiva.
  • Se ha estudiado poco las necesidades de información de los pobladores rurales así como las habilidades y capacidades necesarias tanto para utilizar la información como las tecnologías.
  • La estrategia de mezcla de medios modernos y tradicionales está permitiendo acercar información a sectores que, por distintas razones, no usan nuevas tecnologías. Paralelamente, la participación de los propios interesados en la producción de información muestra ser una estrategia adecuada.
  • La comunicación e intercambio de información y conocimientos entre los sistemas de información existentes es limitada.
  • Es necesario realizar estudios de impacto de estos sistemas de información, sin embargo la duración y el compromiso de las organizaciones de base es claro indicador de que algún impacto están consiguiendo varios de estos sistemas.

Por: Roberto Bustamante

La semana anterior se celebró en Lima la Décimo Quinta Reunión de la Asociación Interamericana de Bibliotecarios, Documentalistas y Especialistas en Información Agrícola – RIBDA. Debo confesar que a primera vista, la reunión no me interesó, pero ahondando en el programa vi que uno de los temas a discutir era el uso de las nuevas tecnologías para la gestión de información agraria. Un tema que escapa a la bibliotecología y que más bien dialogaba con otras áreas, como la usabilidad, tecnologías apropiadas, uso de herramientas digitales, etc. Desde mi trabajo en el Sistema de Información Agraria en Huaral, y por la experiencia que venimos desarrollando alrededor de la tecnología móvil en la agricultura, el tema pintaba interesante.

Inuguración del RIBDA

Con el nombre "La Innovación en el acceso abierto a la información agrícola y de medio ambiente" se realizó el RIBDA en la ciudad de Lima.

Aún más, varias de las presentaciones se centraron en esta «nueva maravilla» que es la expansión de los celulares entre agricultores y las posibilidades que hay alrededor de dicha tecnología. Sin embargo, los ponentes no enfatizaron en los costos que acarrea dicha tecnología: el alto costo de la telefonía celular (ver informe de Defensoría del Pueblo) y el alto costo de los mensajes de texto o SMS. Problemas que luego van a incidir en cualquier proyecto piloto o plan estratégico que se plantee usar los móviles como medio de comunicación con los agricultores.

Sin embargo, un tema que no estuvo presente fue el del «detrás de los sistemas de información». Incluso la mesa final, que discutió el impacto de la información agraria sobre la pequeña agricultura, evitó tocar el tema y se centró en el uso final que los productores agrarios de pequeña escala le dan a los sistemas referidos. Un poco más de lo mismo y falta de carne y evidencia empírica que sustente las ideas expuestas.

Por «detrás de los sistemas…» me refiero a:

1. La interconexión de los sistemas. Sin sistemas que se interconecten entre sí, de protocolos de comunicación estandarizados, de lenguaje común, etc., lo que se va a tener es una miríada de pequeños sistemas, cada uno produciendo información redundante. Sistemas que van a producir y difundir una y otra vez la misma información, siendo esto un gasto de recursos innecesario pudiendo tener una serie de sistemas interconectados a través de protocolos comunes (por ejemplo, rss). Un segundo efecto será no tener información que pueda ser resultado de la combinación de varios sistemas distintos. La posibilidad de lo digital permite la recombinación de la información en nueva información. Si no entendemos que las tecnologías digitales son menos medios de comunicación y son más protocolos y lenguajes, es poco lo que se va a avanzar en esta línea.

2. La escasez de fuentes de información. Por mucho que se tenga el sistema de información perfecto y que éstos se interconecten entre sí de manera automática y en tiempo real, si no hay un compromiso de tener fuentes de información pertinente y que respondan a las necesidades cambiantes de los agricultores, estas iniciativas van a tener un horizonte estrecho. Desde la experiencia de Huaral, el no contar con fuentes de información relevantes sobre clima y proyecciones metereológicas para los pequeños agricultores, limita cualquier trabajo o experiencia piloto que se realice. Eso implica un compromiso por las instancias correspondientes que vienen produciendo tal información y que no la comparten. Pueden enumerarse varios otros ejemplos.

3. El impacto sobre la población. Un tema difícil de resolver tiene que ver con la elaboración de indicadores para saber hasta qué punto el uso de estas herramientas tiene un impacto y cómo sobre los pequeños agricultores. No tenemos aún información que indique si alguno de los programas y proyectos, tanto del Estado como de la sociedad civil, tiene éxito. Podemos intuir en efecto que más información implica mejores decisiones pero no sabemos hasta qué grado. Es un vacío que se debe llenar pronto.

De hecho, el último RIBDA abre una serie de preguntas y dudas, sobre todo las referidas a las posibilidades de las tecnologías digitales. Y más aún, esta reunión traza los futuros retos que debemos cumplir.